Un tren castizo donde los haya que recorre, de la mano de los cuentos y la música, los lugares más emblemáticos de Madrid. Durante una hora el público se sube a un añorable trenecito que, a ritmo de chotis, hace un recorrido fetén por los rincones más castizos de la capital con una revisora, una azafata y una maquinista que resultan más chulas que un 8.
Además de la música que viaja en el vagón junto al público, aderezamos todo el espectáculo con unas ricas rosquillas del Santo, barquillos de la verbena de la Paloma e innumerables risas de lo más chipén.